- Oye Víctor, ¿Has terminado ya con lo de la web de la pintora?
- Si, casi, lo estoy terminando ahora, en unas horas estará....
- No tranquilo si lo digo porque tenemos que preparar para pasado mañana las propuestas de identidad corporativa del tipo ese de la "fundación familia"
- Ya, eso está casi listo ¿Cuando queréis que hagamos la reunión?
- Eduardo lo quiere para mañana por la tarde.
- Vale, dejaré entonces lo de la pintora esa y me pondré con ello.


Víctor miró como Iván se alejaba de su taller, y volvió a fijar la vista en el ordenador. Inspiró hondo y soltó el aire entre una mueca de resignación.

- Lo siento querida pintora pero me temo que tu web tendrá que esperar...

Fue guardando la información y cerró todos los programas. Su espacio de trabajo consistía en una habitación con grandes ventanales cuadrados que daban mucha luz. A un extremo de la habitación, una estantería con montones de carpetas mal colocadas, una mesa de diseño y un panel magnético en la pared donde tenía amontonados una gran cantidad de dibujos y logotipos enganchado por imanes. Justo enfrente, al otro extremo, una mesa de pared a pared que hacía de escritorio, amplia y llena de papeles revueltos. Un ordenador de última generación sobresalía imponente sobre ella, una pizarra de diseño digital y un montón de artilugios que le facilitaban su labor. Los rotuladores y otras pinturas de colores andaban rodando de un lado a otro.

Cogió una carpeta roja de la estantería y se sentó en su silla. El día anterior había impreso todas las pruebas del logotipo, lo único que tenía que hacer era encuadernarlo y revisar los diseños. Rotó sobre su silla de oficina y miró hacia el ventanal. Eso de la fundación familia no le motivaba nada. Prefería trabajar conceptos más tangibles, siempre era más fácil relacionar la marca con algún objeto físico, como aquel logo que hizo para una librería o para una marca de impresoras.

Afuera hacía sol aunque empezaba a notarse el final del verano y la llegada del otoño. Sus ojos se perdieron,a través del cristal, entre las hojas que empezaban a amarillearse ligeramente.

- Hola víctor ¿molesto?
- No, pasa, pasa.
- Iván me ha dicho que ibas a preparar lo de la fundación familia.
- Si, estaba en ello ahora .
- Es que te traigo la documentación del registro de la propiedad intelectual para los logos.
- ¡¡Ah, muy bien !!, por cierto bonitas bambas – se rió

Aurora se encargaba de todos los temas legales y burocráticos de la empresa, formularios, peticiones de registro, cesiones de derecho... Su aspecto nada tenía que ver con la idea que todo el mundo se hacía en la cabeza cuando nombraba la palabra abogada. Vestía como cualquier joven; vaqueros, cómodas camisetas y siempre unas zapatillas convers que iba cambiando según el color de su atuendo . A víctor y a ella les unía esa pasión por ese tipo de calzado y por ir cambiándolo de color. A menudo se hacían bromas, de hecho cuando uno le decía al otro lo de "Bonitas bambas" significaba que las tenía del mismo color. Era como un juego.

Víctor permanecía sentado en su sillón y Aurora estaba a su lado, de pie pero apoyando sus nalgas en el borde del escritorio con una actitud relajada.


- ¿Sabías que ayer Edu se fue ha hacer puenting?
- ¿Edu?, ¿que Edu? ¡Edu....nuestro nuestro jefe!
- Si, el mismo.
- ¡No jodas!
- Pues sí, ahí donde lo ves, todo serio, con su corbata....
- ¡No me lo puedo creer!
- Pues créetelo , pero bueno al final creo que no se atrevió a saltar.
- Víctor se rió - Ya me extrañaba a mi... La verdad es que no me lo imagino saltando al vacío y gritando a lo Jerónimo.
- ¿Tú has hecho puenting alguna vez?
- Si, una temporada estuve con unos amigos que hacían escaladas, rafting y esas cosas. La verdad es que te pone la adrenalina a tope y cuando acabas estas mas relajado que nunca.
- Pues hoy no le iría mal al jefe hacer una sesión de rafting de esas ... porque esta de un borde....
- ¿Ah sí? Es que no lo he visto en todo el día.
- Pues mejor para ti.
- Si supongo .
- Será por la fiesta del viernes con nuestros clientes más vips; -dijo Aurora en tono irònico.
- ¿Tú irás a la fiesta?
- No sé, me lo estoy pensando, pero la verdad es que no me apetece nada.
- Ya, ni a mí.

El ordenador de Víctor emitió un sonido de aviso alertándolo de que le acababa de llegar un mensaje de correo electrónico.

- Te acaba de llegar un mail.
- Si, a ver..... es del jefe.
- Pues nada te dejo que sigas trabajando.
- Ok, nos vemos.

Víctor abrió el mail de su jefe:

Nuevo cliente. Particular. Quiere que le hagamos un logo de un pentáculo para gravarlo en piel. Busca que coño es un pentáculo. Le he dado tu dirección de mail y el número de teléfono de tu extensión para que se ponga en contacto contigo y te concrete los detalles.


Lara abrió el pomo conectado a la ducha de metal cromado y un estrépito de gotas se fueron deslizando sobre su cuerpo tembloroso. El baño se llenó de vaho y su cuerpo cayó al suelo poco a poco. Se quedó encogida mientras el agua le caía encima de la cabeza. Se abrazaba con fuerza y su respiración era acelerada y entrecortada. No era la primera vez que le sucedía.

Lara se tomaba su tiempo antes de empezar a pintar. Se sentaba en el suelo, frente al lienzo en blanco, ponía música, un cd que ella misma había recopilado, y dejaba que su imaginación volara dibujando imágenes. Los colores y texturas se sucedían superponiéndose como velos sobre la tela. Fue entonces cuando le sucedió. Su mente empezó a imaginar, agua, al principio tranquila, transparente, colores turquesas, difuminados en azules cian. Luego los azules adquirían vida hasta llegar a parecer imágenes en movimiento. El agua se arremolinaba cada vez con más intensidad, como si unas olas estuvieran luchando, como un mar azotado con virulencia por el viento, y de repente aparecía ella, sumergida entre los velos azulados y las olas, ahogándose y gritando. Su cuerpo quedaba sepultado bajo el agua, cayendo con delicadeza hasta el fondo. De repente aparecía un círculo con una estrella de cinco puntas en su interior, con brillos azulados con una intensidad cegadora, deslumbrante. Ella intentaba cogerlo, pero no podía, sus manos no alcanzaban a tocarlo, mientras su cuerpo seguía hundiéndose en el agua. Alargaba la mano pero estaba demasiado abajo y la estrella parecía escaparse hacía la superficie. Veía como se alejaba mientras ella moría ahogada y su cuerpo inherte acababa rebotando contra el suelo fangoso. Había tenido más visiones como esa, pero cada vez las vivía con más intensidad y realismo. Estaba asustada. Era consciente de que una de las características de los trastornos de personalidad y esquizofrenia eran las alucinaciones que los afectados creían reales. También sabía que esas enfermedades eran hereditarias y eso era lo que realmente le atormentaba. Había oído contar a su padre lo mal que lo pasaron durante el post franquismo cuando su abuelo empezó a tener visiones y a afirmar ciegamente que tenía un don divino. Los médicos le diagnosticaron una trastorno de doble personalidad y pocos años después lo encontraron muerto en un bosque cercano cuando practicaba un supuesto ritual. Siempre había escuchado a su padre contar el bochorno que habían pasado cuando todas las cadenas de televisión se hicieron eco de la noticia cargándola de misterio, trasnformándolo todo en un suceso extraño. Los vecinos del pueblo andaron burlándose de él durante mucho tiempo y le costó mucho trabajo quitarse la etiqueta del hijo del brujo loco. A pesar de haber oído la historia varias veces su padre y su familia evitaban hablar de ese tema.

Ahora ella estaba teniendo visiones, sabía que tenía antecedentes en la familia de trastornos y que ese tipo de enfermedades podían heredarse. Realmente empezaba a preocuparle.

Diez minutos después envuelta en toallas y vaho, mas calmada, caminó descalza hasta su cuarto, se secó, se peinó y se untó una crema hidratante por todo el cuerpo. Abrió su armario y descolgó la ropa. Era un pantalón vaquero viejo y una camisa de tela blanca con las mangas anchas. Le gustaba vestir muy casual .Siempre llevaba un pañuelo en la cabeza retirándole el pelo, y un montón de complementos hippie que le encantaban. Se vistió y regresó frente al lienzo en blanco.

Aquel jueves 31 de octubre Lara había decidido aceptar la propuesta de exponer sus obras en una galería en la que trabajaba una compañera de la facultad de Bellas Artes. Desde siempre las pinturas de Lara eran muy abstractas, pero en los últimos meses había  pintando cuadros que no tenían mucho que ver con su estilo. La mayoría de visiones que padecía habían sido plasmadas en sus lienzos.

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