Víctor buscó en Internet que era un pentáculo. El encargo que le había hecho su jefe vía mail era de lo más inusual. Normalmente, cuando alguien hacia un encargo de ese tipo, iba directamente a la agencia de diseño gráfico y exponía cara a cara al diseñador lo que quería. Los más atrevidos llevaban algunos bocetos, o en su defecto alguna imagen o foto del logo en cuestión. Se hablaban de las preferencias y se concretaban unos criterios básicos. Ese encargo del pentáculo era tan extraño que la curiosidad hizo que su interés por ese proyecto fuera máximo. Encontró varios símbolos y también explicaciones diferentes para cada uno de ellos. Decididamente hasta que el cliente no se pusiera en contacto con él y le comentara lo que realmente quería y como, no podría avanzar. El teléfono de la empresa sonó.

-¿Designius, Diseñadores gráficos, le habla Víctor, diga?
-Hola Vítor, soy Lara, la pintora.Llamaba por lo de mi página web.
-¡¡Ah, Hola Lara!! Precisamente quería llamarte. La verdad es que estamos hasta arriba de trabajo y vamos algo retrasados.
-Bueno, no importa, solo llamaba para ver como iba el tema.
-Pues la verdad es que solo te puedo decir que vamos avanzando. Necesitaría que te pasaras por la agencia y que nos miráramos varios diseños para las galerías.
-De acuerdo. Cuando me paso.
-Yo esta tarde tengo un hueco.
-Esta tarde no puedo, tengo que entregar unos cuadros para una exposición. ¿Mañana te vendría bien?
-Si es a primera hora sí, los viernes suele ser un día de locos.
-Entonces a las ocho estoy allí.
-Ok, perfecto, nos vemos.


Ian estaba dispuesto a dejar el proyecto de investigación. Se había pasado la noche dando vueltas en la cama. Nadie en el laboratorio hablaba del tema, pero la fuga de información de la investigación hacia la competencia, era algo que todo el mundo sabía. Quizás los demás investigadores veían aquello como algo común, pero Ian no. No estaba dispuesto a pasarse horas infinitas intentando descubrir la base de la regeneración celular para nada. El entendía la ciencia como un bien común al servicio de los hombres, no como un deshonesto mercadeo y lucha entre empresas. Sus convicciones eran férreas. Mañana iría a hacerle una visita al director de laboratorio para presentarle su renuncia.



Esa mañana de viernes Eva se despertó a la misma hora de siempre. Se preparó un café y se sentó en el sofá. Llevaba un pijama marrón y sobre él una vieja bata. Su pelo largo y moreno, alborotado y sin peinar, caía por encima de sus hombros. Durante unos segundos sostuvo la taza caliente entre sus manos. Su mirada se perdió a través del gran ventanal de su salón. Era extraño, hoy ya no tenía que ir a trabajar. Ensimismada en sus pensamientos, se preguntó que iba ha hacer. Tal vez fuera a buscar trabajo y entregar curriculums, pero no, lo dejaría para el lunes. Ese día se lo dedicaría a ella en exclusiva. Eran las seis de la mañana y el sol todavía no había hecho su aparición. Tal vez era el momento para hacer ese viaje que hacía tiempo ya quería realizar. Se levantó y con la taza de café todavía en la mano se dirigió a la pequeña habitación donde tenía el ordenador. Colocó la taza sobre el escritorio y apretó el botón de encendido. Mientras esperaba que el ordenador se pusiera en marcha iba sorbiendo a pequeños y pausados tragos su café. Clicó en su explorador y buscó billetes a Londres. Antes de hacerse educadora Infantil Eva había estudiado filología Inglesa. Había prometido ir a Londres para perfeccionar su acento después de la carrera, pero nunca lo hizo. Quizá fuera hora de cumplir esa promesa. Miró varias agencias, pero el vuelo que mejor le salía de precio partía ese mismo sábado.

A las ocho en punto Lara estaba en el estudio de diseño. En recepción preguntó por Víctor y la secretaria le comentó que todavía no había llegado. Dispuesta a esperarlo se sentó en una de las dos sillas libres que había en el hall. Miraba a su alrededor fijándose en los cuadros que adornaban las paredes. Como pintora, era una de sus manías. En realidad todos los cuadros que colgaban de las paredes de ese estudio de diseño eran eso, diseños y logotipos que se habían hecho en la empresa y que habían conseguido gran popularidad. Pensó que le daba un toque muy impersonal al edificio. En ese momento Víctor entró atravesando la recepción a toda prisa, precisamente él no era un derroche de puntualidad. Al ver a Lara, ahí sentada, con su bolso de tela sobre el hombro se fue directo hacía ella mientras se disculpaba por su tardanza.

- Perdona, ya sabes como está el tráfico aquí en Madrid, y lo de aparcar ya ni te cuento.
- Yo como no tengo coche…
- Haces bien, a veces creo que tardaría menos si viniera en metro. Ven acompáñame.

Víctor caminaba por el pasillo de la empresa comino a su oficina. Lara le seguía detrás escudriñando con sus ojos cada rincón. Al llegar, Víctor le abrió la puerta, ella entró primero, después él cerrando la puerta detrás de si e invitando a Lara a sentarse en unas de las sillas que permanecían frente a su gran mesa de madera, donde tenía el ordenador. Víctor empezó a encender todos sus ordenadores, cogió una de las carpetas que andaban amontonadas y se sentó al lado de Lara en la otra silla que quedaba libre. Abrió la carpeta y empezó a sacar folios.

- Mira, tengo varias propuestas de cómo enfocar tu galería virtual. Aquí puedes ver varios diseños, ahora te los enseñaré en el ordenador.

Lara miraba los papeles sin mucho convencimiento mientras Víctor rebuscaba su fichero en el ordenador.

- Ven acércate, aquí los verás mejor – mientras le enseñaba el proyecto de su web- Ves, esto es la intro y la página principal. Desde allí enlazamos con los diferentes apartados. Todavía hay algunos sin hacer como el de tus datos personales, pero no te preocupes, una vez hallamos elegido el diseño que te guste más para la galería de imágenes, el resto está hecho en un momento.
- De todas estas galerías las que me gustan más son las que tienen el fondo en negro, creo que resaltaran mejor los cuadros.
- En negro, de acuerdo, ya vamos concretando. En negro tenemos estos dos. Yo te aconsejaría la presentación en flash, es mucho más dinámica y con un solo vistazo la gente puede navegar por todos tus cuadros con facilidad.
- Si esta me gusta.
- Esta está muy bien porque tienes todas las miniaturas en un solo vistazo y al clicar encima sale la imagen en grande al lado.
- Esta me gusta. ¿Recibiste mi mail con las fotos digitales de mis cuadros?
- Si lo tengo guardado pero la verdad es que no lo he abierto.
- Bueno pues creo que me quedo con este diseño.
- Genial, hoy mismo me pongo a ello y en dos días, más o menos, la web estará lista.
- Perfecto.

Víctor apuntó en un post-it los datos del diseño que había escogido Lara y lo pegó a su carpeta.

- Ayer por teléfono me dijiste que exponías.
- Si. Inauguramos hoy en la galería Artdec. Es una exposición de pintura independiente.
- ¿A que hora es la inauguración?
- A las ocho ¿Por qué?
- No, por nada. A lo mejor me paso por allí. Además así tengo una excusa para no ir a la cena para clientes vips que ha organizado mi jefe. No veas; son un coñazo.
- Me imagino. Si te pasas por ahí búscame, estarér dando explicaciones de mis cuadros a gente que en realidad solo viene por los canapés… (medio riéndose)
- Vale lo haré – sonriendo también.-

Lara se marchó y Víctor se puso a trabajar en la página de la pintora. Lo primero que hizo fue descargarse todos las imágenes de los cuadros de Lara en jpg, que ella misma le había mandado por mail. Al abrir sus imágenes para poder incrustarlas en la presentación en flash de su galería, Víctor vio sus cuadros. Hubo algo que le sorprendió . La proposición de ir a la inauguración de la exposición, que antes había lanzado al vuelo; más por quedar bien y como una loca alternativa de escabullirse de la fiesta de los clientes vips de la empresa; se convirtió en una más que segura posibilidad al ver los últimos cuadros de Lara.

Julio había amanecido dispuesto a encontrarles rostro a los cuatro nombres que le habían revelado sus dioses, a saber todo de esas cuatro personas que habían sido las elegidas; y sobretodo a encontrar la manera de atraerlos hacia su proyecto de adoctrinamiento Sicdaniano. Había pensado que la mejor manera para empezar era con un ritual de visualización. Para ello llamó a su mujer. Elisa bajo al sótano con su marido.

- Ven Elisa, necesito que estés aquí para unir nuestras energías y así poder visualizar a los cuatro elegidos.
- ¿Y como quieres hacerlo?
- A través del poder de la visualización, por eso necesito tú mente, necesito que me ayudes.

Elisa prendió las velas mientras Julio abría el círculo de energía invocando a sus dioses y guardianes. Una vez crearon el círculo, Elisa y Julio se posicionaron en el centro uno frente al otro. Extendieron sus manos, las de Julio encima las de Elisa pero sin tocarse, dejando un espacio para que la energía de ambos pudiera fluir. Cerraron los ojos y sincronizaron sus respiraciones. Al cabo de un tiempo, aún con los ojos cerrados Julio dijo a su mujer:
- Iremos por turnos, uno por uno. Primero invoquemos a los dioses – los dos recitando a la vez-.


Creciente de los cielos estrellados. Floreada de la llanura fértil. Fluyente de los suspiros del océano, Bendecida de la lluvia suave. Escucha mi canto. Ábreme a tu luz mística, Despiértame a tus poderes plateados, ¡Acompáñame en mi rito sagrado!


Resplandeciente Dios, tú que eres el Rey de los Dioses, señor del Sol, maestro de todo lo que es salvaje y libre padre de mujeres y hombres, compañero de la Diosa Luna y protector de toda la Sicda: ¡desciende, rezo, con tu rayo de poder solar aquí sobre mi círculo!

Julio: Diosa madre, Dios padre. Somos vuestros siervos, a vosotros rendimos culto, reveladnos a los elegidos para que podamos llevar a cabo nuestro cometido.

Los dos recitando: Aire, fuego, agua tierra, elementos del nacimiento astral, los llamo ahora, vengan a mi. En el círculo debidamente formado seguro de maldición psíquica o arruinamiento, los llamo ahora, vengan a mi. Desde la cueva y el desierto, el mar y la colina, por la varita, el cuchillo, la copa y el pentáculo, los llamo ahora, vengan a mi, revélenme a Ian ¡Esa es mi voluntad, ¡que así sea!


 
Los dos sin abrir los ojos se concentraron. En sus mentes dibujaban con letras el nombre de Ian, concentraban su energía en ellas para que a partir de las letras pudieran visualizar su rostro, alguna imagen de él…Durante unos cinco minutos permanecieron sin decir nada. Cuando notaron que ya no iban a ver más imágenes de Ian repitieron el conjuro Con Lara, luego con Víctor y más tarde con Eva, siguiendo en todos el mismo ritual. Al acabar, Julio intentó separar sus manos de las de su mujer pero no pudo , la energía que habían generado seguía allí y como un imán les obligaba a mantenerlas en esa postura . Los dos se sorprendieron. De pronto oyeron unos cánticos sicdas muy antiguos. La letra de ese cántico repetía en el lenguaje ancestral sicda una y otra vez:

Los elegidos ya han iniciado su viaje, el destino los reúne, ellos acudirán a vuestra morada.